MEMORIAS Y CONOCIMIENTOS INDÍGENAS: EXPERIENCIAS INTERCULTURALES Y EDUCACIÓN EN EL SUDOESTE DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

 

Hernán Perriére[1]

hernanperriere@hotmail.com

CONICET, Universidad Nacional del Sur, Argentina

 

Recibido: 11/08/2020 - Aceptado: 6/12/2020

 

Resumen

En este artículo presento un análisis sobre los procesos de producción de memorias y conocimientos indígenas en diferentes contextos educativos en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires (Argentina), basado en una investigación etnográfica. El objetivo de este artículo es analizar los diferentes sentidos que se van disputando en torno a diversas propuestas educativas interculturales que se desplegaron en experiencias donde participaron referentes de los pueblos indígenas. El trabajo se divide en dos partes, en la primera abordaré los marcos teóricos que se articulan en tres grandes núcleos conceptuales: el conocer y el hacer, la memoria y la interculturalidad como campo de disputa. En una segunda parte, describiré distintas experiencias de educación e interculturalidad según tres ejes: a) las políticas educativas y la interculturalidad, b) la autogestión indígena de los debates sobre la educación intercultural y c) la difusión del conocimiento y la memoria indígena en un programa destinado a jóvenes en contextos de vulnerabilidad social. Esto me permitió construir una visión más amplia sobre lo educativo que excede a las políticas educativas interculturales estatales y poner estas situaciones en diálogo con otras instancias de transmisión de memorias y conocimientos en espacios no escolares.

 

Palabras clave:  Memorias – Conocimientos – Pueblos indígenas – Educación – Interculturalidad.

 

 

 

INDIGENOUS MEMORIES AND KNOWLEDGE: INTERCULTURAL EXPERIENCES AND EDUCATION IN THE SOUTHWEST OF THE PROVINCE OF BUENOS AIRES

 

 

Abstract

In this article I present an analysis on the processes of indigenous knowledge and memory production in different educational contexts in the southwest of the province of Buenos Aires (Argentina), based on an ethnographic investigation. The objective of this article is to analyze the different meanings that are being disputed around various intercultural educational proposals that were deployed in experiences where referents of indigenous peoples participated. The work is divided into two parts, in the first one I will address the theoretical frameworks that are articulated in three major conceptual nuclei: knowing and doing, memory and intercultural as a field of dispute. In a second part, I will describe different experiences of education and interculturality according to three axes: a) educational policies and interculturality, b) indigenous self-management of debates on intercultural education, and c) the dissemination of indigenous knowledge and memory in a program aimed at young people in contexts of social vulnerability. This allowed me to build a broader vision on education that exceeds state intercultural educational policies and put these situations in dialogue with other instances of transmission of memories and knowledge in non-school spaces.

 

Keywords:  Memories – Knowledge – Indigenous peoples – Education – Interculturality.

 

Introducción

Este texto se inscribe dentro de las investigaciones del campo de la Antropología y Educación, campo en el que las discusiones y problemáticas vinculadas a la interculturalidad han tenido un avance importante, sobre todo aquellas orientadas a pensar su relación con los procesos educativos de sectores indígenas y migrantes en la Argentina (Novaro, 2011; Hecht, García Palacios Enriz y Diez, 2015). Una de las primeras aproximaciones teóricas en este campo, fue retomar los estudios que distinguen a la escolaridad de la educación, problematizando así las experiencias educativas dentro y fuera de las escuelas. Según este enfoque, se reconoce que lo educativo abarca distintas esferas que trascienden lo escolar y a su vez, está demarcado por contextos históricos determinados y variables a lo largo del tiempo.

Para ampliar esta idea, el concepto de “persona educada” (Levinson y Holland, 1996) se refiere a una característica común presente en todas las sociedades humanas productoras de cultura, más allá de las formas que adquiera la institución escolar, e incluso también, distante de la educación patrocinada por los grupos dominantes y el Estado. De la misma manera, el concepto de “producción cultural” (Levinson y Holland, 1996) es una construcción teórica que permite describir e interpretar la manera en que la gente se apropia activamente de las condiciones ideológicas y materiales brindadas por la escolarización en sus contextos cotidianos. Pero también, las ofrecidas por otros espacios educativos que son significadas de manera creativa, transformando sus aspiraciones, las relaciones sociales y estructuras de poder.

Si bien la escuela continúa siendo el lugar privilegiado de las sociedades occidentales para impartir los significados y conocimientos de los grupos dominantes por medio de las políticas educativas, el currículum formal y la estandarización de los procesos de enseñanza- aprendizaje, coexiste junto a otras formas de educar presentes en distintos contextos socioculturales.

En la Argentina, con la sanción de la Ley de Educación Nacional N°26206 (LEN) del año 2006, la educación intercultural adquirió relevancia en particular con la modalidad de Educación Intercultural Bilingüe (EIB). Esta normativa tuvo su correlato con la sanción de la Ley de Educación de la provincia de Buenos Aires (2007) como analizaré más adelante.  

Pero lo que se desprende de ambas normativas es el reconocimiento de que hay, por fuera de las escuelas, otras formas de aprendizaje, de conocimiento y de educar, enfatizando su mirada centralmente hacia los pueblos indígenas y migrantes. En este sentido, la educación intercultural propuesta desde el Estado ha legitimado, además de la modalidad de EIB, a los procesos educativos indígenas, en sus propios contextos no escolares, vinculados con los procesos de transmisión cultural, del “saber hacer” y del conocimiento práctico (Novaro, Diez y Martínez, 2017).  

Para intentar explicar las formas de conocer y las prácticas de memorias indígenas, recupero distintas instancias de investigación etnográfica. El trabajo de campo etnográfico es un proceso complejo que incluye técnicas de recolección de datos (observación participante, entrevistas, notas de campo y legislación educativa) que se retroalimentan con un análisis permanente de los mismos, en función de los marcos teóricos y las categorías analíticas del investigador (Rockwell, 2009). Asimismo, las investigaciones referidas a los procesos de escala microsocial, han sido una de las marcas disciplinarias de la antropología. De esta manera, la etnografía aporta a la educación la consideración de las acciones y reflexiones de los sujetos, que expresan en la escala cotidiana la producción social de los grandes lineamientos políticos.

El contexto de la investigación es el sudoeste de la provincia de Buenos Aires (Argentina), centralmente en la ciudad de Bahía Blanca y en menor medida en la localidad de Sierra de la Ventana. La mirada se enfoca en las prácticas desplegadas por la organización Kumelén Newen Mapu1[2], que es un colectivo indígena urbano de la ciudad.

En este sentido, me interesa rescatar las formas de circulación del conocimiento y la memoria indígena en diferentes espacios educativos de la ciudad de Bahía Blanca en la cual históricamente la idea de “progreso” (en el sentido civilización-barbarie) se estableció como hegemónica en los discursos oficiales, en la prensa local y en los espacios académicos; con la intención de invisibilizar la presencia indígena en la región2.[3]

El trabajo se divide en dos partes, en la primera abordaré los marcos teóricos que se articulan en tres grandes núcleos conceptuales: el conocer y el hacer la memoria y la interculturalidad como campo de disputa. En una segunda parte, describiré distintas experiencias de educación e interculturalidad según tres ejes: a) las políticas educativas y la interculturalidad; b) la autogestión indígena de los debates sobre la educación intercultural; y c) la difusión del conocimiento y la memoria indígena en un programa destinado a jóvenes en contextos de vulnerabilidad social.

Para analizar el primer eje, presento un breve diálogo entre una de las referentes indígenas que integró el Programa de Educación Intercultural impulsado desde la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE) de la provincia de Buenos Aires, con una docente que asistió a la charla/clase que Kumelén dio en una escuela secundaria. Retomo la vigencia de los marcos normativos de las políticas educativas sobre el tratamiento de la interculturalidad en el sistema educativo, con especial énfasis en el artículo 44 de la Ley de Educación de la provincia de Buenos Aires. En el segundo eje describiré dos experiencias educativas de la Mesa de Trabajo Autogestionada de Educación Intercultural (MTAEI) de la provincia de Buenos Aires cuyo principal objetivo es requerirle al Estado el cumplimiento del artículo 44 de la legislación provincial referido a la educación intercultural. Ambas, son experiencias de las comunidades indígenas y de otros sectores que apoyan sus demandas, que se constituyeron como un espacio circular para encontrarse, debatir, rememorar y producir conocimientos anclados en su cosmovisión como pueblos ancestrales. Por último, haré referencia a la transmisión de conocimientos y memorias indígenas que una referente de Kumelén realizó como tallerista de alfarería mapuche en el programa Envión de Bahía Blanca. Ella en su relato narra cómo trasmite sus conocimientos de mujer alfarera a adolescentes y jóvenes en contextos de vulnerabilidad.  

 

Memorias, conocimientos e interculturalidad

Para abordar los conocimientos y las memorias de los pueblos indígenas, es necesario atender a las distintas experiencias formativas de los sujetos que las producen, integrando concepciones, saberes y trayectorias individuales. Como mencioné anteriormente, todos los sujetos están educados y producen conocimientos más allá de los procesos de escolaridad por los que hayan transitado. Si bien el sistema educativo legitima conocimientos científicos a ser enseñados, mediados por las edades, el currículum, las efemérides y los tiempos de la cultura escolar; hay otras formas producir conocimientos y de enseñarlos.

Desde la antropología, la distinción entre la ciencia y otras formas de conocer el mundo fue uno de los temas más convocantes para los etnógrafos clásicos, pero la antropología de la educación renovó el interés por el estudio de formas de conocer definidas como locales, tradicionales, intuitivas, ordinarias, prácticas problematizando la manera en que la oposición entre estas modalidades y la ciencia, oculta las diferentes maneras en las que se produce el conocimiento. Tanto el conocimiento práctico como el científico combinan formas distintivas de desarrollos cognitivos y técnicos que son producidas mediante prácticas o saberes históricamente constituidos (Diez, Hecht, Novaro y Padawer, 2011). Actualmente en el campo de la Antropología está en debate la equivalencia de los saberes pretendidamente universales, codificados y academizados de la ciencia y la tecnología, y los conocimientos prácticos, locales, implícitos y corporizados del sentido común (Padawer, et al., 2017).

El concepto de “traducciones de la experiencia fundadas en habilidades” (Padawer, 2013) permite reflexionar sobre los procesos de articulación verbal basados en las disposiciones y redescubrimientos de conocimientos que se asumen en las prácticas concretas. La explicitación verbal sobre “el hacer” forma parte de describir, enunciar y narrar los procesos sociales de conocimiento sobre sus prácticas cotidianas y experiencias previas.  

En el campo de los estudios sobre la memoria uno de los aportes claves para entender la construcción de este campo teórico es el concepto de “memoria colectiva” desarrollado por el sociólogo Maurice Halbwachs a fines de la década de 1930. Se refería a los procesos de recuerdo y olvido de grupos o colectividades, advirtiendo que cuando rememoramos algún acontecimiento no lo hacemos solos, sino con los recuerdos de los demás, recuerdos que quedan enlazados y que se refuerzan en conmemoraciones y celebraciones compartidas.

Asociado al concepto de memoria colectiva, Halbwachs (2004) introdujo la idea de “trayectoria”, definiéndola como las formas en que las personas reconstruimos nuestras propias autobiografías, que no son lineales, sino que se irán modificando según los lugares que ocupamos y las relaciones que establecemos en los distintos contextos sociales (Ramos, 2011, p. 133). En estas trayectorias, las integrantes de la organización indígena hilan sus memorias y recuerdan cómo conocieron las prácticas que desarrollan en su cotidianeidad.

Otra noción que resulta útil para considerar los conocimientos y prácticas cotidianas que se entraman al recordar es la de “memorias-conocimientos”. Tim Ingold (2011) recurre a este concepto para referirse a la memoria como un conocimiento específico, pero que a su vez es un resumen del conocimiento integrado a lo largo de diversas trayectorias, al estilo de cómo los caminantes transitan los senderos ya recorridos por otros. En este sentido, conocer algo o a alguien es conocer su historia y ser capaz de juntar aquella historia con la propia, siendo en este entramado donde las “memorias-conocimientos” son generadas. El conocimiento emerge en la vida a través de un proceso activo de recordar y no como una transmisión pasiva del legado de los ancestros, conocer es ser capaz de volver a contar historias del mundo y volver a tejer memorias por donde otros ya pasaron y otros seguirán (Ramos, 2016, p. 55). 

Por último, este trabajo considera a la interculturalidad como campo de disputa de sentidos y prácticas en los cuales se entrelazan cuestiones históricas referidas a las clases sociales, la desigualdad y el ejercicio del poder. En el control de la escuela y del currículum, en el conocimiento en las universidades y su “estándar” en la forma de enseñar y aprender, en las formaciones de maestros y profesores, aún continúa la hegemonía del monoculturalismo. Esto implica la vigencia de las concepciones nacionalistas, “blancas” y de las pedagogías normalizadoras y heteronormativas. Como contrapartida, la interculturalidad es una política, un discurso, una práctica que abraca todos los aspectos de las sociedades, las economías, las culturas y las subjetividades. Una perspectiva que desde los pueblos indígenas conlleva profundas transformaciones estructurales. La interculturalidad pone en juego los proyectos de los pueblos indígenas para vivir bajo sus propios sistemas sociales y culturales (Diez y Rodríguez de Anca, 2014, pp. 174-175).

 

Políticas educativas e interculturalidad

El tratamiento de la otredad siempre estuvo presente en las políticas educativas de la Argentina, pero a partir del año 2006 la EIB surge como una política educativa nacional destinada a los pueblos indígenas. La legislación concerniente a EIB en el país toma como base de sus declaraciones al Artículo 75, inciso 17, de la Constitución Nacional (reformada en 1994)3.[4]

En la Ley de Educación de la provincia de Buenos Aires Nº13688/07, Capítulo XIII se refiere a la educación intercultural. En el artículo 44 menciona que los objetivos y funciones de la Educación Intercultural son: 1) aportar propuestas curriculares para una perspectiva intercultural democrática impulsando relaciones igualitarias entre personas y grupos (…) en vistas a la construcción de una sociedad inclusiva, 2) formular proyectos de mejoramiento y fortalecimiento de las instituciones y programas que (…) integren las particularidades y diversidades de la provincia, sus habitantes y culturas, propiciando el respeto a la diversidad cultural (…), 5) impulsar la construcción de orientaciones pedagógicas y curriculares interculturales, así como la inclusión de la perspectiva intercultural en la formación y actualización docente para todos los niveles del sistema educativo, 6) contribuir a asegurar el derecho de los Pueblos Originarios y comunidades migrantes a recibir una educación intercultural y/o bilingüe que ayude a preservar, fortalecer y recrear sus pautas culturales, sus lenguas, sus cosmovisiones, sus tradiciones e identidades étnicas, 7) incentivar la formación de espacios de investigación (o centros de estudio) en Educación Intercultural, con la participación de las Universidades nacionales y provinciales, los Centros de Investigación Educativa, los Institutos de Formación Docente y otros organismos y organizaciones interesadas para el diseño de prescripciones curriculares, materiales educativos pertinentes e instrumentos de gestión pedagógica”4.[5] 

El avance en el reconocimiento legal de la interculturalidad de los “pueblos originarios”[6] y las comunidades migrantes, trae aparejada en su aplicación distintas tensiones, que sólo pueden ser interpeladas desde la mirada de “lo cotidiano” de la escuela. El análisis de las prácticas educativas desarrolladas por las integrantes de Kumelen (generalmente charlas) en las escuelas, permitió desplegar algunas de ellas. A continuación, presento un dialogo entre docentes y una referente indígena y maestra que integró el Programa de Educación Intercultural de la provincia de Buenos Aires:

 

Docente (D): - En la última reforma educativa, se reconoce a ser educado en su lengua materna digamos… en la del 2006, cuando se hizo la última reforma, no se implementó en todos lados, pero digamos las leyes te amparaban (…) se hablaba de bilingüismo y ya no se pensaba en el inglés como siempre, sino en el derecho a su lengua (se refiere a la de los pueblos indígenas)  

Referente indígena (RI): - Costó mucho la implementación de la ley. Una cosa han sido las normas y otra cosa es que eso se pueda llevar a cabo en las escuelas. Incluso todo lo que había de educación intercultural se dio marcha atrás, acá en la provincia. Entonces, ya no hay. La gente que quiere trabajar en proyectos que tienen que ver con pueblos originarios, lo tiene que hacer como docente individual…

D: -¿La comisión no está más? (en referencia al Programa de Educación Intercultural)

RI: - No, no está, yo era referente de educación intercultural y fue menos de un año que estuve trabajando, se preveía un cambio institucional con los referentes trabajando de veinte a treinta años… te imaginás … y después de medio año nadie más siguió trabajando… Lo hacen las docentes de manera particular. No como política educativa.

D 2: - Cuándo vos estabas… ¿el programa se dio de baja?

RI: - A todas nos dieron de baja, como que teníamos que volver al aula, cuando éramos referentes de educación intercultural. Y, en un momento se nos volvió a llamar, pero con la idea de que teníamos que anotarnos como monotributistas, y habíamos acordado no aceptar (…) Somos docentes, al igual que el resto y teníamos que hacer una función como ir a diferentes lugares y bueno, tienen que poner presupuesto e informar bien y tener una buena política de educación intercultural. Si no es como que parece que hacemos pero no hacemos nada. No aceptamos, se consensuó no continuar (Registro de Charla de Kumelén Newen Mapu, Escuela Secundaria, 17 de mayo 2018).

 

           Estos fragmentos, permiten describir la situación que estaba atravesando el Programa de Educación Intercultural en la provincia de Buenos Aires en el año 2018 y marca claramente las tensiones entre lo que dice la normativa estatal y sus aplicaciones concretas. La docente comienza referenciando a la LEN (2006) que establece el bilingüismo, destacando el reconocimiento del Estado hacia las lenguas indígenas como un derecho de los pueblos nativos frente a otros idiomas como el inglés.

Sería tema de otro texto analizar las variables entre los idiomas predominantes y las lenguas indígenas subalternas y su articulación con el sistema escolar, pero sí es necesario mencionar brevemente que hay un consenso generalizado en las investigaciones referidas a la interculturalidad de que la incorporación de las lenguas y otros saberes indígenas no modifica la estructura de poder de la escuela tradicional. Este modelo de la EIB, que promueve la enseñanza de la lengua indígena en la escuela pública deja, con frecuencia, inalterados los modos de organización de tiempos, espacios, relaciones de poder, contenidos y prácticas de la escuela moderna, subordinando la permanencia e integración escolar de niños, adolescentes y jóvenes a los parámetros hegemónicos (Thisted, 2014).

Si bien no es el objetivo de este artículo describir la aplicación de la EIB (Hirsch y Serrudo, 2010; Hecht y Schmidt, 2016), sí es necesario mencionar que la provincia de Buenos Aires no ofrece propuestas específicas de Educación Intercultural Bilingüe. Este caso es paradigmático, ya que según los datos censales de 2010 se reconocen como indígenas o descendientes de indígenas 299.311 personas, y es la provincia que cuenta con mayor población que se considera indígena. Es importante subrayar que los cambios normativos y el lugar que ocupa la EIB en las estructuras ministeriales no parecen haber logrado generar transformaciones en las formas de pensar las condiciones de interculturalidad en las que se basa la experiencia escolar, sobre todo por las limitaciones para pensar la interculturalidad desde una perspectiva urbana (Hecht, et al. 2015, p.48).

De este modo, la referente indígena explicó lo costoso de la implementación de la legislación, mostrando la contradicción entre lo que expresa la normativa y su trayectoria personal como referente indígena y maestra en el Programa de Educación Intercultural[7]. En charlas informales con ella, me expresó que su tarea consistía en viajar por las ciudades y localidades del sudoeste bonaerense para realizar reuniones con otros referentes indígenas/maestros y con las autoridades distritales (inspectora/es) con la finalidad de implementar proyectos de educación intercultural. Desde el año 2015 al 2016 los referentes indígenas que integraban el Programa representaban a las ciudades de La Matanza, Olavarría, Junín, Carmen de Patagones, Partido de la Costa y Bahía Blanca. En el año 2016, disminuyeron a la mitad, sólo había referentes de La Matanza, Junín y Carmen de Patagones, no obstante, el proyecto no continuó por una decisión política, desarticulándose el Programa en su totalidad en el año 2017 (Lucas, 2018).

Según la referente, la decisión de abandonar el programa definitivamente tuvo que ver con la política extendida durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019) de convertir a los docentes indígenas del programa en monotributistas, lo cual significaba aportarle al Estado una suma de dinero a la par de aumentar su trabajo como referentes, además de su tarea de maestra. Para ella, esto significó una muestra de que la política educativa intercultural requiere de un buen presupuesto y claridad en el hacer.

Esta experiencia permite reflexionar al menos dos cuestiones, en primer lugar la brecha entre las políticas educativas del Estado, su implementación y lo que pasa en lo cotidiano de las escuelas. Con esto no estoy diciendo que no haya maestras, profesores y bibliotecarios preocupados por la interculturalidad que arman proyectos, que piden presupuesto y que intentan ser amplificadores de las demandas de los pueblos indígenas. Dicho en otras palabras, es el Estado el que no puede garantizar la aplicación de una legislación en la provincia de Buenos Aires, la falta de ministerios, secretarías, presupuestos, encuentros con las comunidades indígenas para diseñar los currículums, las capacitaciones y todo lo que dice el artículo 44 está por resolverse. Pero por otro lado, si bien sería importante avanzar en la legislación porque en muchos casos es una demanda de los pueblos indígenas (ya que la interculturalidad y la escuela son espacios de disputa) la normativa de educación intercultural por sí sola no cambia las profundas desigualdades que atraviesan los pueblos originarios. 

 

Mesa por la Educación Intercultural de la provincia de Buenos Aires

A grandes rasgos, numerosos trabajos de investigación de la etnografía educativa han coincidido en señalar la necesidad de reflexionar acerca de la existencia de experiencias formativas alternativas y coexistentes con la escuela, sobre éstas nos detendremos en los siguientes apartados.

La Mesa de Trabajo Autogestionada en Educación Intercultural (MTAEI) de la provincia de Buenos Aires es una mesa itinerante que se reúne desde octubre de 2012 en distintas ciudades y localidades de la provincia. Su principal objetivo es trabajar por la implementación del artículo 44 de la Ley de Educación Provincial Nº13688, referido a la educación intercultural5.[8]

Esta mesa está integrada por representantes de los pueblos y comunidades indígenas de diversas localidades de la provincia junto a otras instituciones que promueven espacios de debates sobre la educación intercultural. Como integrantes de pueblos indígenas participaron representantes de: Junín, Los Toldos, Olavarría, Bolívar, Tigre, San Pedro, La Plata, Malvinas Argentinas, Florencio Varela, Mar de Ajó, Carmen de Patagones, Rauch y Bahía Blanca (Rosso, 2018). Como organizaciones indígenas la integran: la Organización Mapuche Kumelen Newen Mapu de la cuidad de Bahía Blanca, la Comunidad Mapuche urbana Pillan Manke de la ciudad de Olavarría, el Colectivo docente-estudiantil por el Monumento a la Mujer Originaria de la ciudad de Bolívar y el Grupo de Educación Mapuche Wixaleyiñ de Florencio Varela6.[9]

Entre los años 2012 y 2018 se realizaron 17 mesas de trabajo, tres de ellas en el sudoeste bonaerense: dos en Bahía Blanca (cuarta y sexta durante el año 2013) impulsadas por la organización Kumelen Newen Mapu y la novena mesa en el año 2014, en la localidad de Sierra de la Ventana7.[10] Me interesa subrayar acá, dos ejes que se abordaron en la mesa de trabajo, uno de ellos consistió en la elaboración de la definición de  educación intercultural, y el otro, una actividad de mapeo territorial (cartografía social) impulsada por la geógrafa Inés Rosso y los/as organizadores de la mesa en Sierra de la Ventana.

En la sexta mesa de trabajo realizada en la ciudad de Bahía Blanca, participaron además de los anfitriones bahienses, representantes indígenas de Olavarría, Los Toldos, Rauch, Lobos y de Carmen de Patagones. Esta mesa estuvo atravesada por distintas discusiones que resumiré brevemente:

 

-          “En las prácticas, los gobiernos no aplican nada de lo que escriben” (Lonco que participó de la MTAEI). Se refiere al cumplimiento del artículo 44 de la ley de educación provincial,  se asume la falta de voluntad política y que las comunidades indígenas no influyen en las decisiones sobre los contenidos a enseñar. Sólo ocupan y, en algunos casos, el rol de “asesores”. Mencionan que tampoco hay capacitaciones provenientes del Estado para formar en la interculturalidad, que los recursos son escasos y que los proyectos que circulan son los de los docentes interesados en trabajar la temática indígena.

-          “La escuela justifica el genocidio” (Referente indígena). Durante todo el encuentro, se fueron expresando otras intervenciones que discutieron el lugar del Estado recuperando una continuidad histórica que articuló el siglo XIX con la actualidad: el Estado siempre desarrolla una perspectiva que mantiene la idea de progreso y que esto fue una de las causas del genocidio indígena que la escuela justifica. En este sentido, la MTAEI define de forma explícita que hubo un genocidio indígena (en referencia a la llamada Conquista al Desierto).

-          “Somos sujetos históricos. Tenemos que empoderarnos de la historia” (Referente indígena). Como consecuencia de lo mencionado en el punto anterior, buena parte del encuentro también discutió la necesidad de construir una “nueva educación” para cambiar la historia, rompiendo los estereotipos sobre los pueblos indígenas, para construir la historia desde otro lugar y en un diálogo permanente entre las comunidades, sus saberes y el Estado.

-          Por último la MTAEI define como Educación Intercultural a: “la relación igualitaria, simétrica y circular, basada en la aceptación de las diferencias y en la riqueza de la diversidad. En pos de los derechos de los pueblos originarios, a una educación general que respete su cosmovisión, idioma, arte y territorio” (Notas de campo, Bahía Blanca, 24 de agosto de 2013).

 

Como he mencionado, en el 9º Encuentro que se realizó el 24 de mayo de 2014 en Sierra de la Ventana se desarrolló un taller de cartografía social participativa sobre la presencia indígena en la provincia de Buenos Aires (Rosso, 2018)8.[11] El trabajo se realizó en cuatro grupos y como resultado se elaboraron cuatro mapas. Los materiales con los cuales trabajar fueron aportados por la tallerista: cuatro grandes mapas físicos contorneados de la provincia de Buenos Aires dispuestos a ser intervenidos con distintas figuras (iconos) para pegar, con fibras y lapiceras de colores. Esta metodología de trabajo tuvo como finalidad la necesidad de recuperar conocimientos populares que de otra manera no podían construirse (…) y el sentir que sus saberes son valorados y sirven a una lucha colectiva (Rosso, 2018, p. 70).

Lo interesante de la experiencia fue la propuesta a los/as participantes del que el mapeo contenga las experiencias, trayectorias, memorias y conocimientos sobre los pueblos y comunidades indígenas en la provincia desde múltiples perspectivas orientadas por algunos interrogantes de partida. Estos interrogantes hicieron referencia a los lugares donde habitaron y habitan las comunidades indígenas, a la denominación de las identidades de los pueblos indígenas en la actualidad, como también a los grupos que promueven la recuperación de la identidad indígena. Otras cuestiones se refirieron a los reclamos y conflictos históricos y actuales, y a los movimientos migratorios en el territorio provincial y los “idiomas originarios”.

Como he mencionado, el concepto de “memoria colectiva” permite abordar los procesos de memorias y la transmisión de conocimientos indígenas, ya que en éstos se recuperan elementos del pasado para cohesionar acciones y demandas en torno a una identidad compartida. Sin embargo, los mapeos superaron estos interrogantes iniciales explicitando otros conocimientos que los pueblos indígenas despliegan en la actualidad: las ceremonias, el Wizun (alfarería), el Witral (telar), la platería artesanal y el canto mapuche. Un Lonco de una comunidad expresó durante el mapeo: “Nuestra educación viene de nuestros abuelos, no hay abecedario mapuche, el abecedario es prestado de los blancos. No aprendimos de los libros, nuestro conocimiento no se aprende por libros, nuestros ancianos o autoridades tradicionales lo fueron transmitiendo en forma oral” (Notas de campo, Sierra de la Ventana, 24 de mayo 2014).

Es interesante esta afirmación del referente indígena porque describe los procesos de aprendizaje  que se transmiten de manera intergeneracional en los cuales la oralidad constituye un elemento central. También permite pensar la relación con la escritura (el uso del abecedario) que le asigna la categoría de “préstamo” cultural de la población blanca. El relato sitúa sobre la agenda una problemática muy importante para pensar la interculturalidad que excede el bilingüismo o la “cuestión” de las lenguas, para instalar otras formas de enseñanza-aprendizaje donde los ancianos son depositarios y protectores del conocimiento.

Recuperar la experiencia de la MTAEI, permite reflexionar sobre los procesos de memoria y conocimientos que los pueblos originarios despliegan en espacios comunitarios, en el que la palabra circula sin jerarquías y donde los procesos socioculturales remiten a situaciones conflictivas. La antropóloga y educadora Elena Achili (2009) abordó estas experiencias en la comunidad toba de la ciudad de Rosario: la experiencia de vida urbana supone complejos procesos en los que se entrecruzan nuevas condiciones de vida con otros procesos socioculturales que remiten conflictivamente a las configuraciones de un “nosotros” en torno a cierta “comunidad”. Entiendo estos procesos de “construcción comunitaria” como la posibilidad de anclar determinadas “identidades políticas” desde las cuales estos pueblos indígenas demandan educación (Achilli, 2009, p. 267).

 

Conocimientos y memoria mapuche en el programa Envión  

Otra de las referentes de Kumelén Newen Mapu trabajó durante diez años en un taller municipal, Cuando la entrevisté dictaba cursos de alfarería mapuche y señalaba que se sentía orgullosa de trasmitir los conocimientos del trabajo con la arcilla que aprendió por trasmisión cultural familiar. Pero el enseñar a modelar la arcilla era al mismo tiempo una excusa, una vía para trasmitir lo que definía como “la cosmovisión del pueblo mapuche” desde su auto reconocimiento como mujer indígena. El idioma, la relación con la naturaleza y el cuidado del medio ambiente, así como las ceremonias mapuches de agradecimiento a la madre tierra integraban su relato:

 

E (entrevistador): - ¿Qué haces en esos talleres?

Referente Indígena (RI): - Yo doy taller de alfarería mapuche… Ese es el rol que yo cumplo en el taller de los Enviones (programa provincial orientado a la juventud). Y además de dar el taller de alfarería mapuche, los chicos aprenden a hacer vasijas, utilitarios, adornos, pero también tienen el plus de que comparto con ellos que me reconozco mujer mapuche. Comparto con ellos algo de lo que es el mapuzungun, que es el habla de la tierra, de la lengua materna, y este fuerte arraigo que tenemos los pueblos originarios con la madre naturaleza. Entonces el hecho de cuidar el medioambiente, de pedir permiso cuando hacemos la extracción de arcilla (…) Yo comparto con los chicos un pequeño willipún, que es una ceremonia en la cual se le pide permiso a la madre tierra para la extracción. Algo que les llama mucho la atención, porque estamos acostumbrados a tomar sin pedir permiso…lo que va totalmente en contra de la cosmovisión de los pueblos originarios (…) Yo soy la cuarta generación de alfareros en la familia y bueno, también ellos pedían permiso a la ñuke mapu, a la madre tierra. (Entrevista a referente de Kumelén Newen Mapu, Bahía Blanca, 4 de mayo 2018).

 

En su relato me contó la forma de transmitir ciertos conocimientos que reconocía como ancestrales vinculados a su identidad mapuche, y su relevancia en tanto permitían comunicar ciertos principios como el cuidado del medio ambiente a los jóvenes: concretizando en ciertos espacios y procedimientos (el pedir permiso a la madre tierra para la extracción de arcilla de la ría de Bahía Blanca, mediante una ceremonia específica), ella entramaba memorias familiares y conocimientos, lo que al decir de Ingold (2011) implica recuperar los conocimientos-memoria que se producen interpersonal e intergeneracionalmente activados en situaciones cotidianas.

El relato de la mujer indígena se constituyó  como “traducciones fundadas en habilidades” en tanto permiten verbalizar los conocimientos construidos en comunidad, en familia, donde se ponen en juego la relación con la naturaleza y las prácticas cotidianas del hacer aprendiendo. Su relato recupera sus trayectorias personales desde el modelar la arcilla en presente y de enseñar la técnica a niños y jóvenes. Es otra forma de constelar pasado y presente, que permite iniciar un trabajo de hilado, relleno y conexión para anudar un ser juntos en una experiencia que no reside tanto en la certeza de estar continuando algo, sino en la de estar encontrándose e identificando equivalencias entre sí. Parafraseando la idea: “Nosotros ya no hacemos las cosas como los antepasados, pero hay cosas que nos han pasado que muestran conexiones y continuidades con nuestras posibilidades de existencia (Briones y Ramos, 2016, p. 34).

La circulación del conocimiento de la organización mapuche excedía los talleres municipales y las presentaciones escolares: en Bahía Blanca se fueron constituyendo como referentes de la visibilidad de la problemática indígena, pude apreciar que Kumelén es una organización más activa en el rescate de la memoria indígena, así como en las demandas militantes por los derechos de los pueblos originarios y otras instancias de demandas políticas donde la memoria cobra sentido: las marchas de aniversario del último golpe militar, las acciones por los asesinatos de Santiago Maldonado, por Rafael Nahuel, entre otros.

Como he señalado, la organización hace esfuerzos por visualizar el 19 de mayo de 1859, ausente en las efemérides oficiales y parte de una disputa por la memoria colectiva y el espacio público (Perrière, 2020). Las acciones que realiza la organización mapuche trascienden de esa forma lo comunitario en un sentido étnico restringido: su memoria colectiva se presenta como una identidad en permanente construcción, participando en distintas disputas políticas y de difusión cultural como parte del reconocimiento social.

 

Palabras finales  

En este artículo presenté distintas formas por las cuales los/as representantes de los pueblos indígenas generan conocimientos sobre el pasado, destacando cómo la memoria y el saber-hacer cotidiano lo constituyen. Las tres experiencias analizadas permitieron debatir las diferentes miradas para reflexionar sobre la interculturalidad y su entramado con los procesos educativos en Argentina. La investigación etnográfica basada en los estudios de las prácticas sociales cotidianas, reconoció que en los procesos educativos interculturales se entraman conocimientos y memorias que se producen culturalmente más allá de la política educativa escolar expresada en la LEN en todo el territorio nacional.

En la provincia de Buenos Aires, la legislación educativa contempla en el artículo nº 44 diversas instancias para el desarrollo de políticas interculturales: pedagogías interculturales, propuestas curriculares, programas específicos para todos los niveles educativos, programas de formación específica para docentes, vinculaciones con universidades, entre otros. Sin embargo, los referentes docentes de los pueblos indígenas fueron incorporados al programa en el año 2015, ocho años después de la sanción de la Ley de Educación provincial. Durante estos años, desde el 2012, algunas organizaciones y referentes indígenas impulsaron la MATEI para discutir la implementación de artículo Nº44. Asimismo, esos encuentros itinerantes, expresaron la necesidad de definir la educación interculturalidad desde la propia mirada indígena como “igualitaria, simétrica, circular que respete los derechos de los pueblos originarios, su cosmovisión, idioma, arte y territorio”.

En los relatos sobre el conocimiento disponible localmente en torno al pasado aparecen distintos elementos constitutivos de la memoria. Los “actos del recuerdo” se reactivan en los encuentros de la MTAEI, a la vez que se articulan con otras demandas educativas y políticas. Las “trayectorias” de las memorias se despliegan en la enseñanza de la alfarería mapuche que permite evocar a los conocimientos ancestrales con la naturaleza. Las “memorias colectivas” se constituyen en las referentes indígenas, ya que les permite recordar a sus ancestros asesinados en la localidad, pero también entrelazar historias con otros pueblos en diálogos que recuperan las vivencias del aprender en comunidad. Al recordar se entraman “memorias-conocimientos” de distintas trayectorias que no se transmiten de manera pasiva ancestralmente, sino que se tejen en el “qué hacer” cotidiano, y se vuelven en nuevas formas de memorias y nuevos conocimientos.

Por último, nos preguntamos si es posible plasmar curricularmente estos conocimientos prácticos indígenas ligados al hacer que se recuperan de forma oral “traduciendo las experiencias fundadas en habilidades” en una estructura rígida y jerárquica como es el sistema educativo argentino. Si es posible que las comunidades indígenas ejerciten el derecho a su propia educación, según sus propios conocimientos, estableciendo relaciones interculturales desde sus propias concepciones. Y para finalizar, reflexionar sobre los entramados de la educación con otros procesos que debemos atender como la discriminación, el racismo, el despojo de las tierras, los desmontes, los desalojos, las situaciones de pobreza, que viven los pueblos originarios en la actualidad.

 

Referencias bibliográficas

Achilli, E. L. (2009). Escuela. Familia y desigualdad social: una antropología en tiempos neoliberales. Rosario: Laborde Libros.

Briones, C. y Ramos, A. (2016). Agenciando formas de “ser juntos” en contextos interculturales: anudamientos de memoria, parentesco y política. En: Briones C. y Ramos A. (Comp.) Parentesco y política; topologías indígenas en la Patagonia, pp. 11-51. Viedma: Universidad Nacional de Río Negro.

Diaz R. y Rodríguez de Anca, A. (2014). Activismo intercultural: una mirada descolonizadora, crítica e interseccional. En  Villa A. y Martínez M. E. (Comps.). Relaciones escolares y diferencias culturales: la educación en perspectiva intercultural, pp. 171-197. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico.

Diaz, M. L.; Thisted, S., y Martínez, M. E. (2015). Educación intercultural como política pública: el análisis de la experiencia de la provincia de Buenos Aires. En: Boletín de Antropología y Educación, 9, 163-168. Recuperado de http://antropologia.institutos.filo.uba.ar/sites/antropologia.institutos.filo.uba.ar/files/bae_n09_e03a03.pdf

Halbwachs, M. (2004). La memoria colectiva. Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza.

Hecht, A. C., et. al. (2015). Interculturalidad y educación en Argentina. Discusiones en torno a un concepto polisémico. En: Novaro G., Padawer A. y Hecth C. (Coords.). Educación, pueblos indígenas y migrantes: reflexiones desde México, Brasil, Bolivia, Argentina y España, pp.43-63. Buenos Aires: Biblos.

Hecht, A. C. y Schmidt, M. A. (Comps.). (2016). Maestros de la Educación Intercultural Bilingüe: regulaciones, experiencias y desafíos. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Novedades Educativas.

Ingold, T. (2011). Being Alive: Essays on Movement, Knowledge, and Description. London: Routledge.

Levinson, B. A. y Holland, D. C. (1996). The cultural production of the educated person: An introduction. In Levinson B. A.; Foley, D. E. and Holland, D.C. (Eds.). The cultural production of the educated person: critical ethnographies of schooling and local practice, pp. 1-56. Albany: State University of New York Press.

Lucas, M. (2018). Acciones educativas interculturales en la provincia de Buenos Aires (Argentina). En: Polifonías. Revista de Educación, 9, pp. 81-106.

Neufeld, M. R. y Thisted, J. A. (2007). El “crisol de razas” hecho trizas: ciudadanía, exclusión y sufrimiento. En: De eso no se habla: los usos de la diversidad sociocultural en la escuela, pp. 23-56. Buenos Aires: Eudeba.

Novaro, G. (2011). Niños y escuelas. Saberes en tensión. En: G. Batallán y M. R. Neufeld (Coords.). Discusiones sobre infancia y adolescencia: niños y jóvenes dentro y fuera de la escuela, pp. 179-198. Buenos Aires: Biblos.

Novaro, G.; Diez, M. L. y Martínez, M. V. (2017). Educación y migración latinoamericana. Interculturalidad, derechos y formas de inclusión y exclusión. En: Revista Migraciones Internacionales. Reflexiones desde Argentina, 2, pp. 7-24.

Padawer, A., et. al. (2017). Saber hacer. La participación en actividades de reproducción social, en las dimensiones expresivas de la vida social y en la escuela. En: Boletín de Antropología y Educación (8); 11, 41-45. Recuperado de: http://hdl.handle.net/11336/82202

Padawer, A. (2013). El conocimiento práctico en poblaciones rurales del sudoeste misionero: habilidades y explicitaciones. En: Astrolabio; 10 (7), 156-187. Recuperado de https://ri.conicet.gov.ar/bitstream/handle/11336/27456/CONICET_Digital_Nro.41f8c706-2652-423a-b273-34e94c1745d6_A.pdf?sequence=2&isAllowed=y

Perrière, H. (2020). Malón de 1859 a Bahía Blanca: memorias conflictivas destinadas a y producidas por estudiantes de la escuela secundaria. En: Corpus, (10). Recuperado de http://journals.openedition.org/corpusarchivos/3747

Ramos, A. (2011). Perspectivas antropológicas sobre la memoria en contextos de diversidad/desigualdad. En: Alteridades 21(42), pp.131-148.

Ramos, A. (2016). La memoria como objeto de reflexión: recortando una definición en movimiento. En: Ramos, A; Crespo, C. y Tozzini, M. A. (Comps.) Memorias en lucha: recuerdos y silencios en contextos de subordinación y alteridad, pp. 51-69. Viedma: Editorial UNRN.

Rockwell, E. (2009). La experiencia etnográfica. Historia y cultura en los procesos educativos. Buenos Aires: Paidós.

Rosso, I. (2018). Buenos Aires indígena. Cartografía social de lo invisible. Tandil: Editorial UNICEN.

Thisted, S. (2014). Políticas, retóricas y prácticas educativas en torno a la cuestión de las “diferencias”. Itinerarios de un siglo largo en el tratamiento de la cuestión de migrantes e indígenas. En: Villa, A. I. y Martínez, M. E. (Comps). Relaciones escolares y diferencias culturales: la educación en perspectiva intercultural, pp. 133-170.

 

Otras Fuentes consultadas

Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. (27 de junio de 2007). Ley de Educación Provincial. [Ley Nº13688]. Recuperado de http://abc.gov.ar/primaria/sites/default/files/documentos/ley-13688-07.pdf

Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires. Resolución Nº3655. Marco General de la Política curricular. 2007. Recuperado de http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogeneral/disenioscurriculares/documentosdescarga/marcogeneral.pdf

Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. (14 de diciembre de 2006). Ley de Educación

Nacional [Ley Nº 26206]. file:/// C:/Users/Lark/Downloads/1753-6521-1-PB%20(1).pdf

 



[1][1]   Doctor en Antropología (FFyL. UBA). Diplomado Superior en Antropología Social y Política (FLACSO- Argentina). Profesor y Licenciado en Historia (UNS). Becario posdoctoral del CONICET.  Se especializa en el campo de la Antropología y Educación. Es asistente de docencia en la materia Prehistoria y Profesor adjunto de Perspectivas Antropológicas de la Educación en el Dpto. Humanidades (UNS).

1[2] La Organización Kumelen Newen Mapu es una agrupación urbana que reivindica la identidad y la cosmovisión mapuce, aunque también la integran indígenas que se referencian con otros pueblos. Se comienza a gestar en el año 1992 en el marco de los debates sobre V Centenario del llamado “Descubrimiento de América”, durante el reconocimiento de la preexistencia étnica de los pueblos originarios en la reforma constitucional de 1994 y se conforma en 1997 en Bahía Blanca. Su principal eje de trabajo es recuperar y afianzar el conocimiento y pensamiento mapuce, recuperando las ceremonias, rogativas y otros conocimientos como la alfarería, el telar, las lenguas y el canto. Desde el año 2012 organizan en el mes de mayo un ciclo llamado “Bahía Originaria” con el objetivo de difundir la masacre y quema de doscientos indígenas en la plaza central de la actual ciudad como consecuencia del malón de 1859. Desde hace cinco  años, la organización impulsa en la plaza Rivadavia la carpa de Educación Intercultural “We Sumaj Che” destinadas a las escuelas de la ciudad. Además visitan y dan charlas y talleres en escuelas primarias y secundarias.

2[3] Una contra tendencia a estos discursos son las investigaciones, actividades de extensión y de docencia realizadas por el Área de Arqueología, Historia de los Indígenas y Antropología del Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur (UNS). Específicamente vinculadas a la interculturalidad y educación, este área organizó: las “Jornadas sobre interculturalidad” (2018) junto a las cátedras de Pedagogía II, Derechos Humanos y Educación e Historia de la Filosofía Argentina y Latinoamericana y el seminario de grado “Cultura material, patrimonio cultural, educación y comunidades locales en perspectiva intercultural” (2019). Integrantes del área han dictado cursos de capacitación docente sobre “Pueblo Mapuche e Interculturalidad Crítica” (2017) y han participado en el “II Encuentro de Investigadores/as en Interculturalidad y Educación” (2018).                                                                                                                                                                                                                               

3[4] La EIB retoma estas normativas: Resolución Nº107 del Consejo Federal de Cultura y Educación [CFCE] (1999); Resolución Nº 549 del Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la República Argentina (2004); Documento del Programa Nacional de Educación Intercultural Bilingüe de la Dirección Nacional de Programas Compensatorios Subsecretaría de Equidad y Calidad Educativa del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la República Argentina (2004); Ley de Educación Nacional Nº 26206 (2006); Documento para la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe en el Sistema Educativo Nacional del Consejo Federal de Educación (2010) y Resolución Nº 105 del Consejo Federal de Educación (2010).

4[5] Esta idea, se retoma en los diseños curriculares comunes. En la Resolución Nº3655/07, referida al Marco General de la Política Curricular de la provincia de Buenos Aires, se señala como propósito formar sujetos que reconozcan y valoren la diversidad, desde esta perspectiva, la interculturalidad se incluye en los diseños curriculares como enfoque, estrategia y contenido. Como enfoque, porque supone un posicionamiento pedagógico desde la heterogeneidad cultural. Como estrategia, al identificar diferentes escenarios escolares, sujetos y modos de conocer y diseñar intervenciones que los pongan en diálogo. Por último, como contenido, al incorporar temas, nociones y saberes relacionados a las identidades culturales en los cuales los alumnos y alumnas se reconocen. Según esta resolución, se propone una intervención dirigida a orientar y favorecer la interrelación entre culturas desde una perspectiva intercultural que valore la interacción y comunicación recíproca y comprenda las diversidades desde una perspectiva de derechos. 

[6]   En este trabajo utilizo el concepto de pueblos indígenas ya que así aparecen denominados en las legislaciones que explicitan sus derechos: Convenio n.º 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), la Declaración de las Naciones Unidas de los Pueblos Indígenas, en Argentina: la Ley Nº24071 de ratificación del convenio OIT, la Nº26160 que declara la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan los pueblos indígenas, entre otras.

[7]  ⃰ ⃰ Desde la sanción de la LEN (2006), en la provincia de Buenos Aires se estableció la Modalidad de EIB solamente durante el año 2007, bajo la Dirección de Educación Intercultural dependiente de la Dirección General de Escuelas y Educación (ver: Diez, Thisted y Martínez, 2015). Trabajo coordinado entre docentes e investigadoras de Ciencias de la Educación y de Antropología de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de La Plata. Posteriormente entre los años 2008 y 2015, se implementa como Programa bajo la administración de distintas Direcciones. En el año 2015 se nombran como referentes a seis docentes indígenas, en el año 2016 se designa a la mitad y en el año 2017 se desarticula el Programa, quedando sólo experiencias regionales o locales (Lucas, 2018). 

5[8] Entre los objetivos específicos se destacan: a) trabajar en equipo de manera conjunta entre los integrantes de la Mesa de trabajo. Pueblos originarios y agentes del Estado como la Defensoría Pública, el INADI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), Universidades y Facultades para la difusión y la implementación de la Ley de Educación Intercultural; b) fortalecer lo que se viene realizando de parte de los distintos grupos originarios en diferentes lugares de la provincia en relación a la Educación Intercultural; c) participación equitativa y colectiva de conocimiento  y propuestas, en un intercambio horizontal de los proyectos generados por los diversos grupos participantes; d) valorar las formas de aprendizaje de los Pueblos Originarios que han sido históricamente descalificados, como eje de una nueva orientación didáctica-pedagógica, desde el concepto del “Buen vivir”; e) interpelar a la concepción de homogenización, asimilación e integración en el sistema educativo nacional donde se negó la diversidad cultural; f) consolidar la participación activa y ciudadana de los Pueblos Originarios ejerciendo sus Derechos a través del sistema educativo y democrático; g) producir capacitaciones a Docentes, estudiantes de Formación Docente, y alumnos/nas. Material didáctico. Reunir las propuestas alternativas que se vienen realizando sobre Educación Intercultural en la provincia de Buenos Aires y h) generar redes comunicativas que sostengan el trabajo que se ha comenzado a realizar con la Mesa de trabajo para poder afianzar el camino de la construcción de la Educación Intercultural.

6[9] Además participaron otras instituciones como la Defensoría Oficial (Departamento Judicial de Azul), la Comisión Provincial por la Memoria (Programa Pueblos Originarios y Migrantes) y referentes de la secretaria ejecutiva del Consejo de Asuntos Indígenas de la provincia de Buenos Aires. También integraron la mesa estudiantes, docentes e investigadores universitarios: representantes Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro (UNiCen), del Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur (UNS), del Ciclo Reencuentros con Pueblos Originarios de la Universidad de General Sarmiento (UNGS). Además integraron la mesa el espacio educativo Arbolito de la ciudad de Rauch e integrantes de la Asociación Cultural “Bahía Che” y de FM de la calle de la ciudad de Bahía Blanca. 

7[10]Otras se han realizado en Olavarría, Junín, Bolívar, Los Toldos, Lobos, Laguna Sierra de los Padres y Tandil.

8[11] Según Rosso, la cartografía social se propone como un medio para potenciar determinados modos de pensar y construir el territorio y se presenta como fortalecedora de espacios de resistencia, emergiendo como valiosa instancia de construcción colectiva de conocimientos (2018, p. 56).